Crónica de campaña

A Errejón ya le apoya la UGT

A Errejón ya le apoya la UGT
cronica-campana-carlos-davila-interior

Errejón, el «Muñeco diabólico» que así le tildaron sus antiguos colegas de Podemos, duda. No sabe si presentarse por Madrid, como le piden sus fanáticos más insistentes, o hacerlo por Sevilla o Málaga, una opción esta última más desaconsejable que un antinflamatorio para un enfermo de estómago. En Málaga aún se recuerda su chapuza universitaria y el hecho incontestable de que aún no haya devuelto el dineral de una beca con la que nunca cumplió. Pero Errejón duda y de eso se aprovechan la tránsfuga de tantos partidos (hasta cinco) Inés Sabanés y la antigua niña bien de Carmena, Rita Maestre, porque las dos quisieran ser cabezas de cartel por la capital de España.

La UGT le apoya

En las últimas horas Errejón se ha encontrado con dos apoyos esenciales: el valenciano de Compromís, que tiene para Iglesias hedor a muy alta traición y, sobre todo el de la UGT, cuyo secretario general, el inédito sindicalista, Alvarez Suárez, tan cercano siempre a las tesis del viajero Sánchez, le ha hecho llegar su apoyo incondicional, un voto político que ahonda aún más la sospecha de que la «España Mas» del chico diabólico puede haber sido urdida por La Moncloa, al estilo de la que en su momento articuló Sáenz de Santamaría con Podemos para molestar al PP. Ya se sabe como terminó esta ingeniosa especie parida a medias entre la citada y el CNI de Sanz Roldán.

Muy fácil con Sánchez

Errejón ya está en campaña y no va a parar en barras. Quiere atizarle un bocado a la carótida electoral de Iglesias, y sendos pellizquitos, no precisamente de monja al propio PSOE, del que es absolutamente apéndice, e incluso a los “progres” de guardarropía que aún moran en Ciudadanos. Todo está calculado y bien calculado desde hace mucho tiempo, justo en el día en que Errejón le advirtió a Iglesias que se estaba marchando de Podemos porque la “gente  quiere cambios pero detesta las aventuras”.

Fue ya un enfrentamiento  en toda regla al que Iglesias respondió con un caramelo envenenado: “Lástima, Iñigo, porque eras en potencia  ministro de Exteriores con Sánchez”.  Errejón siguió en sus trece fugándose hacia la soacialdemocracia y confesando en privado que tiene enormes dificultades para definirse ideológicamente, o sea, que vale lo mismo para un roto del comunismo caribeño como se terció antaño, que para un descosido del socialismo de coyuntura. Errejón se despidió de los que fueron suyos con una sentencia feroz: “Los míos ya no viven en mi barrio”, alusión directa al casoplón de Iglesias, y está encantando ante la posibilidad cierta de lograr entre 10 o 15 escaños (los peores pronósticos le otorgan solo 6) y alquilárselos a Sánchez porque ambos ya se quieren  y es que, como suele repetir el propio Errejón: “Con Sánchez es muy fácil entenderse porque no tiene convicciones”. Mas claro, el agua”.

Lo último en España

Últimas noticias